“Yo me entero, que soy preso de conciencia por ‘Amnistía Internacional’ que eso ya estamos hablando de 2012. ¿Hace ya cuántos años? ‘Van a ser nueve años ya’. Yo me entero de eso por mediante de la organización. ‘¿Se te comunica que era…es el momento de tu…’? No, yo me sentí agradecido y más que agradecido, le agradezco a ‘Amnistía Internacional’ inmensamente, como dijera en aquella ocasión, yo me siento agradecido inmensamente que ‘Amnistía Internacional’ me ha reconocido como preso de conciencia por haber luchador por una causa justa y verdadera por la democracia del país. Que Dios me dio derecho por haber nacido. Y yo, en este momento, le doy suelto a cualquier ser humano en el mundo, dónde vea una injusticia, lucha contra ella”.
“Que él es que me ensaña [preso político a cuál se acercó en la cárcel durante su segunda condena] que, ante todo, debemos de querer a nuestra bandera, debemos querer nuestro himno nacional, y debemos de querer a nuestro país. Porque este país no es de Fidel, ni es de Raúl, ni de ninguno que quiera apropiarse de ello. Y si alguno de ellos se siente dueño de este país, que me enseñe la propiedad que este país es de ellos, como sí en día Canel [presidente de la República de Cuba desde abril 2018]”.
“Y entonces, querían [el directorio de la cárcel] que yo trabajara, el reeducador Mickey, que era abogado, que había estudiado en la Unión Soviética, quería que yo, dentro de la prisión le dijera a él, que yo fuera un chiva, ósea un chivo, un potrero. Que quién toma pastillas, que quién mareó mujer de quién, que quién hizo y quién iba a hacer. Yo no soy un cederista [Miembro de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR)], a mí nunca me ha gustado meterme en la vida de otra persona. Y le dije que yo no estaba de acuerdo con esto”.
Cuba no es de Fidel, ni de Raúl, ni de ninguno de ellos. Este país es de todos los cubanos, somos nosotros que determinamos el paso.
Rafael Matos Montes de Oca nació en 1959 en Guantánamo, República de Cuba. Después de la nacionalización por el Gobierno cubano a finales de los años setenta, la familia de Rafael se quedó sin los recursos que generaba su puesto de comida. Es así, que la necesidad le orilla al “negocio de la calle”, este acto le originó un encarcelamiento 1986 con una sentencia de cinco años. En 1990 cayó preso nuevamente y es durante esta condena que se allega a los presos políticos para empezar a interesarse en los derechos humanos. Al salir de la cárcel en 1999 se integró al “Movimiento 30 de noviembre Frank País” y luego al “Grupo Resistencia y Democracia de la provincia de Guantánamo” afiliado a la “Unión Patriótica de Cuba”. Por sus actividades ha sido detenido y encarcelado en innumerables ocasiones. En 2012 fue reconocido como preso de conciencia por “Amnistía Internacional”. Es miembro de la Iglesia católica, reside en Guantánamo y persiste en su objetivo de vivir en una Cuba más democrática.
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