“Un día… quizás del año 1994 o 1995… si quieres fechas que se acerquen con más exactitud, tienes que venir otro día… salgo para la calle y digo: ‘Esto se acabó.’ Ya entonces conocía a través de Radio Martí que existían aquí adentro partidos y movimientos contrarrevolucionarios. Salgo a buscar. Busco por el libro que habían editado, donde salen los nombres de estas personas. Salgo primero para (la calle) Guinera, pero el hombre ya no existía, no vivía allí. Y en eso me encuentro a un muchacho de aquí, del barrio Esperanza, que hablamos y me dice: ‘Agustín, te voy a llevar a una biblioteca independiente, ya que tú tienes estas ideas. – ‘¡Ay compadre que bueno sería eso! ¡Fantástico!’ Y me lleva a la biblioteca de Omaida (Padrón Azcuy) situada en la calle 12 creo… era Vedado, entre Línea y Malecón. Fantástico, fantástico, mi hermano… Allí comencé a realizarme, a resucitar de nuevo. Me incluí en la biblioteca, hicimos activismo, yo la enseño que escribo y me dice ella: ‘Te voy a mandar donde hay una persona… te voy a dar teléfono y te puede atender porque tú perteneces a esta categoría.’ Me dio el teléfono de Reinaldo Escobar y Yoani Sánchez. Ya yo conocía algo de Yoani Sánchez a través de Radio Martí y siempre decía: ‘¿Quién es esta…? ¿Es hombre o mujer? ¿Quién es?’ Yo quisiera contactar con ella… Mi hermano… de aquí, del Globo voy allí donde estaba el teléfono público y llamo a Reinaldo Escobar. Me coge el teléfono… ‘Usted no me conoce, el teléfono me lo dio Omaida… pero yo quiero conocerle personalmente. – ‘Bueno ya, ven para acá…’ Cuando regresé a la casa, tenía una sensación dentro de mi indescriptible. Iba a conocer a Yoani Sánchez y Reinaldo Escobar… Yo siempre me… no es baja autoestima. Nunca me tuve baja autoestima, pero me tuvo muy insignificante, comprendiendo que había otros más adelantados que yo quería seguir. Considero que era una novatada y falta de experiencia no haberme presentado antes con más vigor. Bueno, voy a casa de Yoani. Me presento: ‘Lo único que le puedo decir es que yo soy un hombre que escribe, piensa, critica… hace análisis sociales. Pero no soy escritor, ni poeta, ni periodista, nada. Soy un hombre que escribe lo que piensa. Reinaldo me da la mano y me dice: ‘Tú eres el amigo que yo estaba buscando y no había encontrado.’ Me presenta a Yoani. Estas horas que estuve allí llenaron mi espíritu. Cuando salía les digo que tengo como treinta discos grabados con mi forma de pensar. Anteriormente yo pensaba que si no iba a encontrar esta vía, haría acciones fuertes dentro de Cuba, diría que no muy pacíficas, no muy pacíficas porque se iban a convertir en acciones violentas. La fuerza represiva del gobierno las iba a convertir en acciones violentas. Les dije: ‘Miren yo grabé esto en el monte con un amigo mío que yo le había indicado cómo navegar hacia los Estados Unidos… ‘Mira, cuando usted tiene esta estrella a sus espaldas, va a los Estados Unidos. Si la tienes a tu frente, estás navegando para atrás. Mántenla siempre a tus espaldas.’ Él vino, sabía que me gustaba todo eso, la afición por la fotografía que comenzó… bueno.. casi innata. A veces doy para atrás y para adelante, pero son cosas que pertenecen a mi historia. Me deja una cámara parecida a la que tú tienes, pero para discos. Allí yo comencé a grabar todo lo que tenía escrito, las críticas que había hecho a Fidel Castro, por si me ocurría algo y me desaparecían, para que quedaran testimonios de lo que yo estaba haciendo. Reinaldo (Escobar) vio una parte de los discos y el otro día estaba aquí. Conversamos… dice: ‘Agustín, te podemos instruir un poco en todo esto.’ A los varios días me trajo un laptop… Yo no sabía lo que era una laptop, mi hermano… Me dice: ‘Mira, eso es una laptop.’ – Ponla allí, después veo que hago con ella!’ Y se marcha. Abrí la laptop y qué iba a hacer… no sabía nada, no sabía que era un mouse. Jamás en mi vida había tocado aquello. Les dije a unos jóvenes en la esquina: ‘Saben qué es una laptop?’ – ‘Sí.’ Entonces me enseñaron qué era un mouse y que con esto se trabajaba así más o menos… Y bueno, hay una relación y me dice él: ‘¿Tú quieres que te abra un blog?’ – ‘Un blog… explícame qué es un blog…’ – ‘Es un espacio en internet…’ – ‘¿Internet?’ Le hago una pregunta: ‘¿Allí sale con mi fotografía y bajo mi identidad lo que yo pienso?’ Me dice: ‘Sí.’ – ‘Bueno, hazme un blog.’ Me hizo un blog y fue donde primero empecé a escribir y a desarrollar lo que no quería desarrollar el Consejo del Estado. ¿Qué te parece?”