Amaury Pacheco del Monte

“Entramos a ocupar esta casa, aquí estábamos buscando un lugar dónde estar, porque la vida en la casa de Iris se estaba complicando con los padres y nosotros decidimos por un digno movimiento este de ocupar la casa, esto nadie lo tiene en la cabeza, aquí si ocupas es comienzo mismo de la revolución. Entramos en esta casa, esta casa tenía sus peculiaridades, porque no era habitable, en realidad estaba rota la ventana, todo estaba roto, lo único estaba cerrada la puerta y la venta del cuarto tenía un hueco complicadísimo y por ahí entraba la gente se lo llevaron todo. Pero da la casualidad, nosotros logramos entrar a la casa que tenía algo peculiar. Era una casa que estaba en un limbo jurídico. La casa no fue confiscada por el Gobierno, y en aquel tiempo la persona que se fuera del país perdía la casa. Es decir, esta casa estaba en este territorio”.

“Ya cuando empezamos, ya te decía que cuando tú eres activista i eres artista y lo mueves hasta un punto, vas a chocar con un muro que choca todo el mundo y ahí ya no es reversible. Es decir, contra el muro de intolerancia, la vigilancia, la persecución, por tener un tema diferente. Ahí ya nosotros de la Omni Zona Franca hasta los finales, somos unos perseguidos, pero vigilados. Después más perseguidos. El festival pasó a las casas. Te estoy hablando de 12,11 años de festival más 2 o 3 o 4, 5 ya en las casas. Y ahí con la experiencia de Omni Zona Franca, ya nosotros quedamos bien claros, de enfrente de quién estábamos, qué cosa queríamos y cómo lo podíamos lograr”.

“Me conecté tanto, que dije, hay que formar un grupo, hay que crear algo. Busqué a Juan Carlos Flores, que conocí que era un poeta allá, que tenía reconocimiento y, era un poeta un poco de culto entre muchos poetas. Y yo hablo con él, conversamos, nos encontramos ahí en la galería Fallas a Mí, una noche de esas, porque yo siempre he vivido en una manera así a través de los signos y los símbolos y el misterio y, sentado con él ahí hablando, tenía, recuerdo, yo leía Vallejo, lecturas que nunca me ha apartado de ellas, nunca, las tengo todavía sí, siempre las tengo y las releo y conversando con él, en la puerta de ahí de la galería, yo le estoy hablando de los proyecto y de lo otro y de pronto cae una salamandra entre nosotros. Bum. Imagínate, yo estaba conectado con todas las ciencias ocultas, la salamandra tiene un valor simbólico real en la magia por lo tanto todo significa algo. Y ahí nos conectamos Juan Carlos y yo. Ya sí hicimos un par de, coño, tú eres el conectado a la poesía, y ahí empezamos a conectar y formamos un grupo”.