Iris Ruiz Hernández

“No hay refugios para mujeres, no hay opciones de albergues para familias, no hay nada que te ampare. De hecho, yo sufrí mucha violencia institucional como mujer. Una de las cosas a que me enfrentaba era por ejemplo que él de vivienda era un hombre, y tú te sentabas para explicarle la situación en que estaban y qué opciones tenían ellos como vivienda municipal y la respuesta era: ¡Mi hermana te hubieras puesto condón! Empezaban por allí. ¡Ponte condón! No hagas esto, haz lo otro. O sea, barbaridades. Después terminaba diciéndote que si tú no tenías alguien que te resolviera para que tú te construyeras lo que fuera en un patio… un tío, una amiga… alguien que te diera un terrenito y no se qué, porque mira a mí me resolvió… Una secretaria de la atención a la población del Gobierno Municipal me dijo así muy amablemente: Yo me busqué un marido con casa. Después con los años ese me dejó y no sé qué. Ahora tuve que ir a la casa de mi hija, pero ahora me estoy buscando uno con casa. Deja el marido tuyo y búscate uno con casa.”

“No es que eres independiente y ya. No es solamente así con esta tranquilidad. No es que ya, yo soy independiente, bueno, voy a montar mi grupo de teatro aquí en mi casa, voy a hacer mi escena expuesta en el parque, que el parque es público y es de todos. No, no es eso. A esa hora es que eres independiente y te empiezo a vigilar, y te empiezo a acosar, y te empiezo a generar un ambiente de que tú no eres bueno. Que hay que aislarse de ti. Ya empiezan a crearte una opinión pública, deteriorarte la imagen pública, empiezan a mutilar tus posibilidades de propuesta. Cualquier cosita que tu hagas… mira… un coro de niños. Voy a hacer un coro de niños. Ah pues tú vas a hacer un coro de niños. Empiezan a decirlos a los padres que tú eres un drogadicto o que… no sé… cualquier cosa. Mira, dicen que tu participas de pornografía infantil. Así… a estas escalas, a estos niveles.”

“Esta manera de mirarte como un desagradecido, un esclavo… como propiedad. Es un Gobierno que te mira como si fueras su propiedad. Tienes que agradecerle. ¡Tienes que… viva el Rey! ¡Gloria! Todo el tiempo. No eres un ciudadano. Este tipo de cosas. Es él (Fidel Castro) que ha construido todo este desastre, toda esta debacle. Familias divididas separadas, la mayoría de la población alcohólica, la mayoría de las mujeres prostitutas… ¡Esto es una debacle!”

“Recuerdo que en mi edificio se llegaron a hacer recogidas por casas, por apartamentos… una cebolla, una papa, un ají, un pedacito de col y vamos a hacer una comida colectiva y repartir en el edificio. Con eso se comía. Recuerdo los apagones inmensos, esto se acuerda todo el mundo, los apagones grandísimos aquellos… Los vecinos tirando botellas. Tiraban botellas cuando se apagaban las luces. Hasta el 1994… que como esto es zona de playa, pues se veía desfilando a la gente. Era increíble… tú veías así desfilando la gente con cámaras de tractores, con pedazos de tabla, con poli espuma. Muchos de mis amigos de infancia se fueron. Se fueron por allí por la costa. Muchos vecinos se fueron. Hay cosas que uno no quiere recordar…”