Ángel Pardo Mazorra

* 1942

  • “Bueno, como te dije, el primer factor que me mantuvo a mí y a muchos de mis compañeros fue la fe. Después nuestro ideal. El ideal que por sobre todas las cosas teníamos que defender, no nos íbamos a doblegar ante lo que era el comunismo. Sabíamos lo que era el comunismo que era la antítesis de lo que es la democracia. Por eso también nosotros hacíamos artículos en la prisión sobre lo que era el comunismo. Circulabamos dentro de los presos comunes cuartillas alertándolos de lo que era el sistema. Eso también era el motivo de que nos aislaran un poco más porque nosotros hicimos un propósito.”

  • “En Boniato habíamos cerca de 200, después se llevaron a unos cuantos para La Habana y quedamos como 150. Estando allí ya en el año 1975 pues ya la situación estaba un poco más estabilizada pero seguía la falta de asistencia médica y seguía la incomunicación. Nuestros familiares no sabían de nosotros. También empezaron a sentir dolores, muchos dolores de muela y como cada vez que uno había un problema que había alguien que te daba asistencia médica, tuvimos que llamar a los militares y decían que el que necesita asistencia médica, tiene que vestirse. Hay que ponerse la ropa, era una forma de chantaje y entonces pues decíamos: “No, no, yo no voy a ponerme la ropa. Si tienen algo que darme, dámelo pero si no, déjenme morir.” Pero no se aceptaba.”

  • “Éramos 12 por celda, teníamos hacer turnos para dormir en grupos de tres porque la celda era de mas o menos de 2 metros cuadrados y no había agua, servicio, nada en la celda. La necesidad la hacíamos en un papel. 2 metros por 2 metros era la celda. Hacíamos grupos de 3 - 4 dormían y cada 2 o 3 horas nos íbamos relevando para poder dormir. Tuvimos 78 días sin bañarnos porque no nos daban toalla ni jabón para bañarnos. Y para hacer las necesidades pues te daban un pedazo de papel periódico y si veían de que tú tenías algo que te podía cubrir, te lo quitaba. Las ventanas estaban a la intemperie para que entrara toda la frialdad de la noche y esa era la situación que teníamos en la ciudad desnuda. En ese entonces pues tuvimos que ir a una huelga de hambre porque dijimos que ya no podamos soportar esta situación que tenían que resolverlo para pedir nuestros derechos de presos políticos porque era una infamia lo que no estaban haciendo.”

  • “La tarea mía en este grupo era investigar dónde estaban esos campamentos, tomábamos fotografía de las tropas militares de los distintos equipos y los mandamos para aquí, para los Estados Unidos para server de que todavía, a pesar de que cuando la Crisis de Octubre se sacaron los cohetes soviéticos de Cuba, todavía quedaban cohetes instalados y bases militares soviéticas con militar soviético en Cuba ya pasada la Crisis de Octubre, eso era el objetivo. Después fuimos detenidos en 1964, el 4 de noviembre 1964, en una regada que se hizo y cuando llegue a Seguridad del Estado pues fui sometido a un intenso interrogatorio atrás mi negativa de participación. Una madrugada vienen dos oficiales de la contrainteligencia y me enseñan la mayor parte de los planos y fotos que yo había entregado que supuestamente estaban en poder de la CIA y estaban en poder de la Seguridad del Estado cubano.”

  • Celé nahrávky
  • 1

    Miami, USA, 14.04.2018

    (audio)
    délka: 01:43:19
    nahrávka pořízena v rámci projektu Memoria de la Nación Cubana / Memory of the Cuban Nation
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¡Ustedes mandan de la reja para fuera, de la reja para dentro mandamos nosotros!

Angel Padro, Miami 2018
Angel Padro, Miami 2018
zdroj: Eye Direct, Post Bellum

Ángel Pardo Mazorra nació el 16 de diciembre de 1942 en la ciudad de Punta Brava, cerca de La Habana. Su familia pertenecía a la clase media. Cuando Ángel estaba terminando la escuela secundaria, llegó la revolución. Aunque al principio no lo parecía, pronto todos comenzaron a notar que todo se dirigía hacia el comunismo. Comenzó a estudiar derecho, pero no terminó la carrera y empezó a trabajar en la oficina de su padre. Sin embargo, el país se acercaba cada vez más al comunismo. Ángel comenzó a comunicarse con un agente de la CIA, quien le pidió que monitoreara la construcción de bases militares para poder enviar información a los Estados Unidos. Además, en Cuba todavía quedaban misiles soviéticos, a pesar de que la crisis de octubre ya había pasado. Ángel fue arrestado en 1964 y pronto condenado a 30 años de prisión. La primera prisión en la que estuvo fue La Cabaña. Al principio, no creía que pudiera acostumbrarse a la vida en prisión, ya que las condiciones y el ambiente eran terribles. Después de cinco meses, fue trasladado a la prisión de Isla de Pinos. Allí había 15,000 prisioneros en cinco secciones. Todos fueron obligados a realizar trabajos forzados que duraron casi dos años. Eso solo terminó después de que varios prisioneros murieran durante esas labores. Un gran problema fue el uniforme de prisión: el uniforme azul. Para los prisioneros políticos, era completamente inaceptable, ya que significaba que el preso había aceptado el llamado plan de rehabilitación o reeducación, que implicaba someterse a todas las condiciones del régimen y reincorporarse a la sociedad comunista. Ángel, junto con otros prisioneros, se consideraba un preso político y siempre luchó por ello. Nunca permitió que los trataran como prisioneros comunes. En 1967 fue trasladado a la prisión de Sandino. Allí tampoco aceptaron usar los uniformes azules, por lo que tuvieron que permanecer solo en ropa interior. Las condiciones de vida eran inimaginables: por ejemplo, durante 78 días no pudieron bañarse y tenían que hacer sus necesidades en pedazos de papel de periódico. Como parte de su lucha por mejores condiciones en la prisión y por los derechos humanos, con frecuencia realizaron huelgas de hambre. La más larga duró 36 días y ocurrió en la prisión de Boniato. Allí intentaron quebrarlos, pero no lo lograron. Ocasionalmente, los prisioneros lograban obtener periódicos, por lo que comenzaron a escribir sus propios artículos, llamando a esto Prensa tapiada libre. Aunque en 1975 la situación mejoró un poco, los prisioneros aún enfrentaban un alto grado de aislamiento y falta de atención médica. En esa época, se produjo una revuelta de los prisioneros que culminó con el asesinato de un sacerdote. Para Ángel, esto fue una experiencia profundamente traumática. Después de esto, los prisioneros fueron trasladados a la prisión de Combinado del Este. En 1975, el régimen comenzó a abrirse un poco al mundo. Cada mes, el gobierno publicaba una lista de 600 prisioneros que serían liberados. Después de un tiempo, los prisioneros fueron enviados de nuevo a Boniato en 1976, donde les asignaron una sección especial. Parecía ser una prisión especial solo para unos 80 presos políticos, quienes comenzaron a llamarla Boniatico. Allí no solo fueron víctimas de violencia física, sino también de tortura psicológica. Los guardias instalaron altavoces en las celdas y reproducían sonidos molestos en diferentes intervalos. Desde la década de 1980, se ejerció presión internacional sobre Cuba en materia de derechos humanos. El régimen comenzó a liberar a algunos prisioneros al extranjero. Fue así como Ángel logró llegar a los Estados Unidos. Dejó Cuba el 18 de octubre de 1988, después de haber pasado 24 años en prisión y 19 años sin ningún contacto con su familia. Se reunió con su familia tras su llegada a los EE. UU. Ser libre nuevamente no fue nada fácil. Sin embargo, gracias a su familia, pudo sobrellevarlo. Durante su encarcelamiento, no solo la fe lo mantuvo con vida, sino también su lucha por los ideales de una sociedad democrática. Junto con otros, utilizó su tiempo en prisión para educar a los prisioneros comunes, muchos de los cuales defendían y protegían a los prisioneros políticos. Ángel siempre luchó por su estatus como prisionero político. Para él, eso era muy importante. Cree que, especialmente la generación más joven, no dejará de luchar por la libertad de Cuba. También cree que los responsables algún día serán debidamente castigados.