“Había grupos que se controlaban, como religiosos, toda esta cosa, esos grupos, tipificados como posibles ‘CR’, se les decía ‘CR’ a los contrarrevolucionarios. Lo hacía el grupo. Era muy común que se persiguiera los que han sido miembros del grupo Huber Matos, el ejercicio de Huber Matos, las tropas de Huber Matos, cuando Huber Matos cayó preso, los licenciados, entonces estas personas eran chequeadas, porque Huber Matos se decía que había traicionado, entonces esa gente perseguida teniendo un seguimiento de su conducta. Y te digo los religiosos, los Testigos Jehová, los de Adventistas del Séptimo Día, toda esta gente, los Bautistas, todos los religiosos tenían un seguimiento. Este estado de opinión se elaboraba. Ya la ‘Radio Martí’ estaba funcionando, estaban los que escuchaban a la ‘Radió Martí’, todas las personas que oían a ‘Radio Martí’. Y hay una cosa muy importante, Fidel Castro impuso la filosofía que toda la crítica al sistema era contrarrevolucionaria. Por tanto, quién hablara mal, quién criticaba la ‘Revolución’ ya estaba condenado a ser considerado de posible desafecto importante, había que hacerle un seguimiento”.
“Uno ni podía salir del sistema porque no te permitían pedir la baja. Si salías, te cogía la peligrosidad. Debo notar que había que estar ahí, pegado al cañón. En una oportunidad vino un oficial aquí de la Seguridad del Estado y habló conmigo. Surtió que yo era una persona preparada, y era jefe de la cátedra de matemática, de la Secundaria Básica Rodrigo García Portales. ‘Tú estás preparado, gente revolucionaria, gente preparada, gente integrada…que ´tatetí, tatatán’ y, esas cosas. Para que pasara el curso que se pasaba en Santiago de Cuba en la escuela, decía ‘Combatiendo al enemigo’, se llamaba así. La fachada era de los CDR [Comités de Defensa de la Revolución], pero realmente ahí los que nos dieron clases eran oficiales de grado máximo comandantes, eran tenientes, eran capitanes, y esos que nos daban clases de vigilancia. Bueno se llamaba ‘Combatiendo al enemigo’, y Usted de ahí puede sacar las clases que se daban ahí”.
“Ahí en el Palacio de Justicia hicieron el juicio, aquel juicio fue rápido, aquel juicio fue de relámpago. El abogador defensor no…el jurídico aquel ahí mismo el plantó la medida – ausencia, eran 11 días, que nos pusieron como condena, como causa, ausencia injustificada al puesto del mando, una cosa así, por 11 días. La condena mía y la del otro muchacho fue de tres meses de prisión, de la cárcel ‘La Cantera’. Decir ‘La Cantera de Miranda’ era terrible porque ese lugar tenía fama de la cosa que pasaba ahí. Había cárcel, había una bartolina, esa era la celda de castigo y meten la gente. Llegamos ahí, yo dormía esa noche en el pabellón, porque era un lugar tétrico, un lugar tétrico. Otro día nos pusieron trabajar”.
“Un día llegaron haciendo una proposición que, de momento nadie entendió. Nos pusimos contentos ir para La Habana a estudiar. En cinco años íbamos a ser Ingenieros Agrónomos. Nosotros nos fuimos para La Habana. Entramos a La Habana y aquello fue un fraude. Porque, éramos unos muchachos de tercer grado, de cuarto grado y entré al Instituto de Jesús Menéndez y ahí estaba el cotorro, de Santa María Rosario. A los cuatro meses nos pusieron a marchar, éramos militares. De ahí nos pasaron para Camagüey a picar caña. Yo vi que aquello no tenía sentido. Entonces pedí la baja, fue problemático, traumático, porque el jefe de la unidad ahí dijo que, de ahí se salía, de esta escuela se salía preso, muerto o expulsado por mala actitud ante el trabajo”.
El Gobierno cubano implementó su fraude académico: al maestro se le paga por aprobar a los muchachos, no por enseñarles
Miguel Osorio Rodríguez hoy en día pertenece a los críticos del sistema comunista en la República de Cuba, no obstante, no siempre ha sido así, Miguel colaboraba en su totalidad 12 años con la Seguridad del Estado. Nació en 1948 en la ciudad Baire, dentro de una familia humilde, por lo cual cuando en 1958 culminó la Revolución Cubana, Miguel, a los 10 años, seguía la nueva doctrina comunista, ya que le parecía lo correcto y justo para su país. Su convicción no se modificó, ni siquiera cuando a los 20 años fue encarcelado durante tres meses al intentar escapar de sus “estudios”, momento, en que lo enviaron como estudiante soldado a la provincia de Guantánamo. Toda su vida se ha desempeñado como maestro popular, y se preparó hasta graduarse como Licenciado de Matemáticos y Máster en Ciencias Educativas. Cuando cursó la capacitación “Combatiendo al enemigo” en Santiago de Cuba, empezó su colaboración con la Seguridad del Estado. Miguel se convirtió en uno de los cooperadores del régimen vestidos de civil, cuya labor era vigilar y perseguir o a los que no fueron cómodos para el sistema. La cooperación terminó en 1994, cuando se enfermó y durante tres años, que duró la enfermedad, no recibió atención médica correspondiente. En ese momento se dio cuenta, que la ideología comunista era un fraude absoluto. Desde entonces se dedica a denunciar las violaciones a los derechos de los maestros y de la población cubana por el régimen comunista.
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