“A mí y a otros activistas… entre la policía, la Seguridad del Estado y estos que les llaman ‘gallitos negros’… estos que tienen boinas negras… nos golpeaban. Nos daban tremendas golpizas. Incluso grabándonos… nos obligaban a que gritáramos ‘Viva Fidel’ y todas estas cosas. Allí está Luis Enrique y otros de allá, unos cuantos de Santa Clara que son testigos de todo esto. Pero sabía que ninguno de nosotros aunque nos mataran no vamos a gritar esta porquería. Para nosotros siempre va a ser el dictador, y ahora que está muerto un cenicero. Nunca llegamos a decir ningún ‘viva’ de estos, aunque en ocasiones muchos nos llegamos a orinar. En mi caso también fue así. Nos orinábamos de las golpizas tan fuertes que nos daban. (…) Me han partido la cabeza en dos ocasiones, tengo incluso sutura, tengo los puntos. Están los videos también en internet de que me han fracturado la cabeza, que he sangrado. En la última fueron siete puntos…”
“Bueno, después del acto de repudio del 5 de agosto de 2013 ya prácticamente… estuve un tiempo, prácticamente casi cerca de un año que incluso en un mes llegué a tener hasta seis arrestos… la frecuencia tan grande. En cada arresto pues siempre me he plantado en huelga de hambre. Desde que comencé, que me hicieron el primer arresto, siempre lo hice bajo huelga de hambre. Prácticamente en todos los arrestos sufría las golpizas, las vejaciones del sistema, las ofensas. Esta manera sucia que tienen de desnudar a las personas y humillarlas.”
“Cuando llegamos entonces al hospital, vemos la cantidad de falta de insumos que se tiene para atender a las personas que acuden allí confiando en tu conocimiento para su mejoría. Y cuando llegas te falta bisturí, te falta torunda, falta esparadrapo… faltaba de todo. (…) El mismo sistema te impone incluso el medio para trabajar… bisturí que tenías que flamearlo, porque ya estaban de uso y no te daban otro nuevo. O sea, eran cosas que iban en detrimento del paciente y eso hace que te empiezas a crear el descontento, a dejar de creer en lo que quizás al principio te estaba inculcando el mismo régimen, como lo han hecho a la generalidad de los cubanos. (…) Y así, se va viendo este tipo de aberración hasta el punto que uno entiende que no importa para el sistema el ser humano, sino que ahorra para mantener una política que se venda ante el mundo como buena.”
El opositor que no espere una golpiza y detención está equivocado
Ramón Zamora Rodríguez nació el 24 de marzo de 1972 en Holguín. Su padre trabajaba como tanatólogo y la madre era ama de casa. Ramón estudió en las escuelas de la misma ciudad de Holguín. Una vez acabados los estudios de enfermería empezó a trabajar como técnico de ortopedia y más tarde, casi a sus cuarenta años, se graduó en Traumatología en la Universidad de Holguín. Está casado por la segunda vez y tiene tres hijos, de los cuales dos con la esposa actual. Ramón trabajó en varios hospitales de la provincia, en las cuales fue testigo de una terrible falta del material médico. A eso se sumaron las malas condiciones en la cuales trabajaron los médicos que muchas veces ni siquiera comieron durante el día laboral y no ganaban lo suficiente como para poder vivir una vida decente. Su entusiasmo se iba cayendo rápidamente también al ver como funciona el sistema para elegir a los médicos para las misiones internacionales que tanta fama le han dado al régimen cubano. Ramón no recibió ningún tipo de asistencia del Estado cuando estaba intentando solucionar la difícil situación acerca de la vivienda para su familia y decidió entrar en las filas de la oposición cubana. Ejerció como el vice delegado del partido de Cuba Independiente y Democrática y fue activo también en la Frente Nacional de Resistencia Cívica que agrupaba a varias organizaciones opositoras de la isla. Cuando celebró una reunión de la oposición en su casa, las autoridades respondieron con un acto de repudio frente a su casa y el otro día le dieron la baja del hospital. Desde entonces, Ramón trabaja en varias organizaciones opositoras y como periodista independiente informa sobre las violaciones de los Derechos Humanos en Cuba. A causa de sus actividades ha sido víctima de abuso y hostigamiento por las autoridades estatales. Sufrió golpizas y heridas serias en varias ocasiones. También fue encarcelado muchas veces, siempre respondiendo con una huelga de hambre. El 11 de julio participó como una de los organizadores en las marchas populares en contra del Gobierno que tuvieron lugar en Holguín.
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