Hugo Damián Prieto Blanco

“Bueno, en las calles, nosotros lo entendemos, porque yo pienso, como todo el mundo, que dentro de una casa no se tumba una dictadura, si estoy dentro de la casa, y nada el pueblo sigue igual, todos igual. En cambio nosotros hemos manifestado pacíficamente con carteles que está escrito lo que queremos para Cuba y lo que pedimos, lo hacemos en los lugares céntricos , parada céntrica y el pueblo está viendo que existe la prohibición, que se puede luchar por sus derechos, se pueden seguir derechos en Cuba y libertades aunque muchas veces no se han dado, pero en la gran mayoría, pero bueno es un mensaje para el pueblo de Cuba, y es un desafío político que hemos hecho a régimen, que somos pacíficos, pero no tenemos miedos de ustedes. Sus instituciones o en lugares públicos nos manifestamos en las calles para despertar un día al pueblo, para ver si el pueblo con nosotros también protesta y ya haya la libertad para Cuba completa junto con la población”.

“La vida de preso político ya es mucho más difícil que todo. Los presos comunes. ¿Por qué? Porque la policía política está sobre el estado y estado domina a la policía de la prisión. Entonces, todo lo que les mandan a hacer a los carcelarios, el jefe de unidad de abajo el llavero, lo cumplen. Todo lo que le manda hacer el estado, lo cumplen ellos, ya sea paliza contra nosotros presos políticos, ya sea mandando a presos comunes a robando pertenencias, hasta puñaladas han dado a presos políticos, a obligando a perder nuestros principios, ahí, ´oye me han cogido mandarte compañía´ y me han dicho que tienen bandas con cuchillos dentro de las compañías en la prisión. Lo sabe la policía, pero responde al interés de la policía y el régimen”.

“Bueno, aquí en Cuba se quedaron ocho, que relación a esa edad, decidí, que en el año 80 en la Embajada de Perú de dos hermanos míos, que se metieron menores de edad, de los dos habían dos pasando por el servicio, uno Alberto Prieto, que no había jurado la bandera todavía ni siquiera y el otro Oswaldo Prieto Blanco y los dos fueron presos siendo militares, una cosa grande, de cientos setenta y pico militares que se metieron a la Embajada de Perú en ese tiempo y todos fueron sancionados de cinco años, pero hay una cosa más, que se va a ver en este testimonio de lo que es escapar de esta dictadura - mi madre. En aquel tiempo, mi tío que estaba afuera allá a principios de la Revolución recibía a mis hermanos, y a mis cuñados y a mis sobrinitos chiquitos en el refugio como todos los cubanos como todos los cubanos que se fueron a la familia, los sacaban del refugio, la lista inmensa. Y estos hermanos míos Alberto y Oswaldo jamás llegaron a Estados Unidos”.