“Los que son viejos en esto de participar en congresos en Cuba, sabrán que las demandas de hoy son iguales a las demandas de hace 30 o 40 años. O sea, son períodos cíclicos, donde, nuevamente, se dicen las mismas cosas y no se encuentran soluciones concretas, sobre todo porque la solución no está abajo. Si abajo, en la gente que presenta los problemas, no existe el poder, la posibilidad, de ofrecer también soluciones, de tomar decisiones que cambien el panorama. Si esas decisiones son exclusivas de un grupo, de una casta de funcionarios que son los que tienen la autoridad para ellos, incluso, no la tienen, porque ellos tienen que espera que la autorización venga de más arriba. Es un sistema demasiado vertical en el que realmente es muy difícil participar en la realidad completa. Para mí eso deja de ser democrático”.
“Yo fui un niño muy humilde en los años 80 y en los años 90 simplemente estaba en la miseria. Esa fue la diferencia, pasar de la humildad a la miseria. En los años 90, quizás nuestros padres han querido minimizar la miseria que se vivió, pero yo si recuerdo que pasábamos hambre, que yo iba con zapatos rotos a la escuela, con lo que en Cuba le llamamos chupameaos [explica qué son esos zapatos]…Pero de todas formas no se sufría tanto. Yo a veces creo que nuestros padres eran como el protagonista de La vida es bella. Siempre intentaban que no sufriéramos esa situación tan precaria y, además, como era tan generalizada la crisis, uno no sentía tanto la diferencia”.
“Cuando terminé la primaria, me fui vinculando un poco más a los Testigos de Jehová. Mi familia por parte de padre eran Testigos de Jehová y comencé a estudiar la biblia con ellos. Se abrió para mí un mundo fascinante. Yo creo que entré más bien a la religión, por un tema de amor a la literatura. Es decir, me fascinaban aquellos libros que iba encontrando. La biblia me pareció un universo fabuloso, como La Ilíada, como La Odisea. Era descubrir un universo ahí que yo desconocía y que cada vez que me adentraba en las lecturas de la biblia, encontraba algo más fascinante. Fui Testigo de Jehová durante toda la secundaria. A pesar de eso, no fui un testigo de Jehová apartado del resto de los estudiantes. Tenía excelentes amigos que no eran, incluso, Testigos de Jehová. Fui a todas las Escuelas al campo. Recogí café en todas las montañas de Pinares de Mayarí”.
“Anunciamos la marcha para el día 20, la respuesta no fue gubernamental, sino militar. Anunciaron día de la defensa para el día 20 y tres días de movilizaciones militares. Nosotros obviamente no estábamos interesados en lanzar a la gente contra el Ejército. Tenemos un sentido de la responsabilidad con la vida y cuando decimos Patria y Vida, que se ha convertido en un himno para muchos cubanos, por la canción, tenemos que asumirlo de verdad. No puede ser que de la boca para afuera digamos Patria y Vida y de modo interno sigamos pensando con la lógica de Patria o Muerte. Es decir, hay que desterrar la palabra muerte de nuestro vocabulario. No puede ser que sigamos accionando con la palabra muerte como objetivo. La palabra vida es la que tiene que importar a partir de hoy. Y por eso nosotros no queríamos arriesgar la vida de nadie lanzándolos contra los militares que obviamente iban a machacar a la gente”.
Cuando decimos Patria y Vida, tenemos que asumirlo de verdad. No puede ser que sigamos con la lógica de Patria o Muerte.
Yunior García Aguilera, nace en la ciudad de Holguín, Cuba, el 12 de agosto de 1982. Proveniente de una familia de campesinos, carboneros y obreros, que profesaban la religión de los Testigos de Jehová. A Yunior siempre se le conoció como un niño aventajado en la escuela, además de que escribía desde muy temprana edad, poemas, con los cuales ganó varios concursos nacionales. Estudió además la carrera de Construcción civil, para luego marcharse a La Habana a realizar estudios en la Escuela Nacional de Arte. También pasó por la Universidad de las Artes, en la cual se gradúa de dramaturgo. Fundó su propio grupo de actuación, al que llamó Trébol Teatro. Lideró la sentada pacífica del 27 de noviembre de 2020, frente al Ministerio de Cultura de Cuba. Debido a las atrocidades que comete diariamente el gobierno de los Castro, convocó, en conjunto con la Plataforma Archipiélago, a una manifestación para el 15 de noviembre de 2021, la cual no fue aprobada. A partir de ahí recibió el linchamiento mediático de la prensa oficialista. Abandonó el país el 16 de noviembre de 2021 y reside actualmente en Madrid, España.
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