Následující text není historickou studií. Jedná se o převyprávění pamětníkových životních osudů na základě jeho vzpomínek zaznamenaných v rozhovoru. Vyprávění zpracovali externí spolupracovníci Paměti národa. V některých případech jsou při zpracování medailonu využity materiály zpřístupněné Archivem bezpečnostních složek (ABS), Státními okresními archivy (SOA), Národním archivem (NA), či jinými institucemi. Užíváme je pouze jako doplněk pamětníkova svědectví. Citované strany svazků jsou uloženy v sekci Dodatečné materiály.
Pokud máte k textu připomínky nebo jej chcete doplnit, kontaktujte prosím šéfredaktora Paměti národa. (michal.smid@ustrcr.cz)
Tenemos un rayito de esperanza en que Cuba llegue a la democracia
26 de septiembre de 1955 nacida en Cuba
escuela primaria católica privada
graduada en Ingeniería Civil
1984 nace su único hijo Henry Constantin Ferreiro
desde 2006 problemas con el régimen cubano, persecución constante
trabaja junto con su hijo en el labor de la revista crítica de Convivencia
actualmente reside en Cuba
María Concepción Ferreiro Pulido nació el 26 de septiembre en 1955 en Cuba en una familia „de trabajadores“. Su niñez fue influida por la Revolución Cubana que empezó cuando María tenía apenas cuatro años. “Cuando triunfó la Revolución, muchas personas pensaban que iba a ser una cosa buena. Algunos simpatizaban, otros no,” cuenta María, especificando que su familia era justo el caso – mientras que su papá simpatizaba con la Revolución, su mamá se reservaba más bien sin opinión específica.
María con su marido han sido desde siempre un caso parecido más a su mamá – nunca han participado en ningún partido político ni se expresaban en cuanto al régimen. Sin embargo, la situación iba a cambiar cuando en 1984 nació su hijo único – Henry Constantin Ferreiro. Éste, llegando a los estudios universitarios de carrera de periodismo, pronto empezó a tener problemas por su manera de pensar demasiado liberal y crítica. “Su objetivo era la verdad,” explica su madre, dado que Henry no pudo participar personalmente en la entrevista, debido al arraigo domiciliario al cual había sido condenado en su domicilio en Cuba.
No hay que esconder que el hecho que Henry sea un periodista crítico, tiene sus raíces en la familia: “La conducta de mi hijo es el fruto de la educación que le habíamos dado en casa,” explica María. Como base educativa les servían los principios de dignidad, importancia de su propia historia, o por ejemplo el personaje de José Martí – todo eso se convirtió en lo que hoy en día está viviendo profundamente Henry, junto con toda su familia, en la lucha por una Cuba mejor.
„No es una vida, sólo sobrevivimos,“ explica cuando le preguntamos por las consecuencias de la labor periodista de Henry. Arrestos, persecución, detenciones, amenazas – estas son unas pocas del total de numerosas tácticas del gobierno cubano comunista. „Hemos sido como familia amenazados y velados… Vivimos en estas condiciones en Cuba. Empezamos a aprender a vivir con policías y con trabajadores del Ministerio del Interior cuidando la casa,“ comenta.
Al iniciar sus estudios, Henry se sumergió en periodismo activo, escribiendo un blog de reportajes de viaje en el cual criticaba al régimen y sus representantes. Las consecuencias llegaron enseguida – en 2006 fue expulsado por primera vez de la universidad, y a pesar de numerosos intentos posteriores, el régimen nunca le hizo posible terminar la carrera de periodismo.
Hoy en día, Henry trabaja para la revista “Convivencia”[1], que entre muchos otros temas tiende a criticar el régimen totalitario de la isla de Cuba. “Me dijeron que mi hijo era un contrarrevolucionario,” cuenta María uno de los impulsos por parte de las autoridades estatales que la llevó a abandonar su trabajo y apoyar a Henry en su trabajo en su lado contra-estatal.
María siempre ha sido católica, de hecho, ya sus estudios de primaria eran religiosos. Sin embargo, vivió largas épocas durante las cuales el régimen prohibía practicar la fe y fuertemente oprimía a los que sí lo hacían. Desde que empezó a trabajar con Henry, narra que sus “pensamientos maduraron” y después de mucho tiempo volvió a practicar el catolicismo, sintiendo un profundo alivio y felicidad por ser así.
No es que los cubanos no tengan valor, como explica María. “Muchos tienen valor para lanzarse al mar y morirse en el intento,” comenta una realidad triste de numerosos intentos de escape de la isla. Sin embargo, hay otros, que tienen el valor de luchar contra el régimen dentro de Cuba, como la familia de María. “La población ha envejecido, dada la emigración masiva, realmente nos faltan jóvenes,” se nota un tono de queja en su voz. Sin embargo, una gran mayoría de los jóvenes que se siguen quedando, “ya se ha cansado – se han vuelto apolíticos,” agrega y subraya que justo esta es una de las razones por las cuales el trabajo de su hijo es tan importante para la Cuba de hoy.
“Sabíamos que ese día iba a llegar. Sabíamos que [si] iba a graduarse, que iba a ser peor. Porque los periodistas que trabajan para el estado, tienen que escribir lo que el estado les pide. Trabajan para el gobierno. El periodismo era para mi hijo una bomba de tiempo,” cuenta María, pero al mismo tiempo añade que no siente ningún tipo de reproche que le podría dirigir a su hijo. „Nadie nos puede convencer que su trabajo es malo,“ defiende profundamente la postura de su hijo que con el tiempo también se convirtió en su propia postura. „Todos nosotros tenemos que poner nuestro granito de arena para nuestra patria. Que Cuba sea un lugar para los cubanos, apetecible para vivir. Este es el camino de mi Cuba,“ cierra la entrevista María con unas palabras fuertes y llenas de esperanza.
© Všechna práva vycházejí z práv projektu: Paměť kubánského národa – nástroj pro transformaci kubánské společnosti ke skutečné svobodě
Příbeh pamětníka v rámci projektu Paměť kubánského národa – nástroj pro transformaci kubánské společnosti ke skutečné svobodě (Eva Kubátová)