No, yo no tengo que darle gracias a la Revolución, sino que tengo que darle gracias a Dios
Ángel de Fana Serrano nació en 1939 en La Habana. Siendo un buen estudiante, consiguió una beca en la Havana Business Academy, donde se dedicó sobre todo a los estudios de contabilidad e inglés. Hasta la confiscación de 1961, trabajó en una fábrica de calzado. Muy pronto después del triunfo de la Revolución de Fidel Castro se dio cuenta del carácter comunista de este proyecto, y se unió al Movimiento Demócrata Martiano en 1960. Pasados dos años se convirtió en líder del movimiento, cuyos objetivos eran debilitar el régimen con sabotajes, desarmae de milicias y propaganda anticastrista. Ángel de Fana Serrano fue detenido en 1962. Se le acusaba de la autoría intelectual de un ataque en el que murió un militar oficialista, y de la organización de un levantamiento que se produjo en agosto de 1962. Fue transportado a un lugar que se conoce como Las Cabañitas o Punto X, pero que nadie sabe dónde se encontraba. Allí fue sometido a interrogatorios en muy malas condiciones durante unos 37 días. Posteriormente fue transferido a La Cabaña, y en 1963 fue condenado a 20 años de prisión. Se convirtió en uno de los presos plantados más conocidos, pasando por varias cárceles, entre ellas el Combinado del Este, Bonyato, Guanajay y La Cabaña. Se opuso a las negociaciones que llevaba a cabo el Gobierno cubano con Estados Unidos sobre su posible excarcelamiento, sosteniendo que su libertad no podía ser condicionada. Finalmente fue puesto a libertad en 1983 y se exilió en Estados Unidos. Trabajó denunciando crímenes del régimen cubano en la radio La Voz de CID hasta principios de los años 90, y fue uno de los líderes de la organización Plantados hasta la Libertad y la Democracia en Cuba, que apoyaba a los opositores y a los presos políticos en Cuba.