Následující text není historickou studií. Jedná se o převyprávění pamětníkových životních osudů na základě jeho vzpomínek zaznamenaných v rozhovoru. Vyprávění zpracovali externí spolupracovníci Paměti národa. V některých případech jsou při zpracování medailonu využity materiály zpřístupněné Archivem bezpečnostních složek (ABS), Státními okresními archivy (SOA), Národním archivem (NA), či jinými institucemi. Užíváme je pouze jako doplněk pamětníkova svědectví. Citované strany svazků jsou uloženy v sekci Dodatečné materiály.
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Si dentro de diez años no hemos acabado con el comunismo, Cuba desaparece
disidente cubano nacido el 10 de julio de 1953
durante 22 años fue maestro de primaria y secundaria, más tarde director de la escuela Crucero Aurora
en 1988, después de su vuelta de la Isla de Pinos a Matanzas, cambió de opinión sobre el sistema gubernamental, al ver los problemas de abastecimiento en Matanzas
en 1992 fue encarcelado por el delito de propaganda enemiga, después de haber colgado carteles anticastristas, y le fue prohibido seguir ejerciendo de su profesión de maestro
en 2003 fue encausado dentro de la Primavera Negra de Cuba y formó parte del Grupo de los 75
fue condenado a 30 años de privación de libertad
en 2011 recibió su licencia extrapenal
“Como te decía, soy optimista. Pero en este lugar te tengo que decir que, si dentro de diez años no hemos acabado con el comunismo, Cuba desaparece…,” narra Félix Navarro Rodríguez, disidente cubano, encausado en la Primavera Negra de Cuba de 2003.
“…Cuba desaparece y sólo basta para comprobar lo que digo yo, vamos a dar un recorrido por las calles. Las calles están desbaratadas, las aguas están por las calles como pudiera estar la leche saliendo de la teta de una vaca. Los edificios están destruidos, derrumbados. En la industria azucarera desbarataron más de ochenta centrales. Si esto dura diez años más, esto es polvo y ceniza,” sigue advirtiendo Félix. Pero a pesar de lo desastroso que pueda sonar, su optimismo prevalece: “Pero considero que no lo vamos a permitir. Se están ideando muchas cosas buenas. Y creo que dentro de muy poco, vamos a darle un alegrón al mundo en cuanto a fuerzas de unidad que se van a poner de manifiesto en las diferentes organizaciones. Se lo aseguro que va a ser así. Y cuando logremos la unidad, a la dictadura lo que le va a quedar, es minutos.”
Félix Navarro Rodríguez nació el 10 de julio de 1953 en el municipio cubano de Perico. Proviene de una familia campesina, vivían en una finca llamada La Paulina, y Félix era el tercero de cuatro hermanos. Mientras que su padre le prohibió ir a la escuela a su hermana mayor, diciendo que las mujeres deberían dedicarse mejor a la costura, Félix sí pudo ingresar a la escuela a los siete años de edad. Y dado que ya sabía leer, escribir y algo de cálculo, fue directamente al segundo grado. Sin embargo, en la escuela no duró mucho – llegó la invasión estadounidense a la Bahía de los Cochinos en 1961. El padre de Félix era un anticomunista convencido, de hecho, con el primer discurso de Fidel Castro después del Triunfo de la Revolución dijo: “Nos jodimos, coño. Esto es comunismo. Nos desgraciamos.” Como si supiera qué era lo que podía esperarse del régimen castrista. Y a la hora de la invasión, sacó a Félix de la escuela, diciendo que “eso está a punto de caerse”. No sólo que el régimen no cayó, sino que Félix volvió a la escuela hasta dos años más tarde, en abril de 1963.
Después de sus estudios secundarios, Félix empezó a trabajar directamente de maestro en una escuela rural. Y en el ámbito de la enseñanza se quedó los siguientes 22 años, primero de maestro de primaria y más tarde de secundaria, especializándose en física y astronomía. En diciembre de 1992, cuando ejercía de director de la escuela básica “Crucero Aurora”, vino por él la Seguridad del Estado y lo arrestó. La razón era de poner carteles anticastristas. “La gente no se imaginaba que yo pudiera ser la persona que ponía carteles y hacía grafiti,” cuenta Félix sobre sus inicios en la oposición, los cuales, de hecho, cuentan ya desde el año 1988.
Fue exactamente en 1988 cuando Félix cambió de opinión sobre el régimen y se puso del lado contrario de los Castro. La razón fue su vuelta de la Isla de Pinos a Matanzas. Mientras que en la Isla de Pinos no había problemas de abastecimiento ni transporte, en Matanzas, la situación era absolutamente opuesta. “Cuando llegué a Matanzas el 22 de julio de 1988, el primer pedacito de pan, lo pude consumir el día 22 de agosto de ese año 1988. Vi la situación crítica de transporte, comencé a oír la Radio Martí, y mi vida vivió un cambio. También estuve en completo desacuerdo con lo que pasó con el General Ochoa,“[1] enumera las razones para unirse a la oposición.
Como antiguo maestro durante décadas, Félix critica el sistema educativo de Cuba: “No hay nadie por encima del Ministro de Educación que pueda suspender una clase. Y hoy aquí la suspende hasta el barrendero de la esquina. Los niños de primaria están constantemente en la calle. ¿Prácticamente en qué momento se dan clases?” Pero en su crítica no se queda sólo en las clases suspendidas: “Cuando vienen aquí a mi casa a hacer la tarea… Han venido y veo que es un desastre realmente las exigencias. Los maestros no revisan las libretas, la cantidad de faltas de ortografía… Pero lo que yo puedo decir, y en este sentido es poco, para lo que podemos escuchar en las calles… La educación se hace a través de las aulas. Comienza en la cuna, pero está dentro de las aulas. Pero cuando es un niño y llega a la calle, demuestra lo que va aprendiendo – las palabras obscenas andan por doquier, delante de los maestros es igual. Es una crisis que hay que ponerle freno. Hay que ponerle freno o realmente las escuelas desaparecerán en Cuba.” A la educación cubana ineficaz le está viendo una razón muy obvia: “Claro, hay un ejército de maestros de baja calidad, desde el punto de vista de su preparación, pero también de su vocación. Están allí para cubrir un hueco. No puede haber un mejor resultado. Porque la educación, la enseñanza, es una obra de infinito amor. Eso lo dijo José de la Luz y Caballero, un ilustre cubano y un ilustre maestro. Y eso realmente no se resuelve con maestros emergentes, con maestros sacados de una escuela. De terminar el bachiller, sin ninguna preparación pedagógica, enfrentándose a un aula.”
Sus pasos en la oposición lo llevaron a ser uno del Grupo de los 75, es decir de los 75 opositores encausados y encarcelados en la Primavera Negra de Cuba en 2003. “Mira, nosotros estábamos acostumbrados a ir cada rato a la cárcel. O mejor dicho no a la cárcel, sino que nos arrestaran y pasábamos unos ocho, nueve días en el centro de detención en Matanzas, donde te amenazaban, que te van a llevar a la cárcel por esto, que porque asociación ilícita, propaganda enemiga, difusión de noticias falsas, quieres vender Cuba al imperio. Estábamos acostumbrados. Y la Primavera Negra llega… El primer día de arrestos fue el 18 de marzo de 2003. Venía yo de La Habana, de una reunión de Todos Unidos en La Habana, cuando me hacen prisionero frente aquí a la casa. Y yo pensé que era una acción similar a las otras. Nunca pensé que sería de la manera que fue. Cuando fueron pasando los días y fuimos viendo todo como se desarrolló, y fuimos viendo que el día 30 o 31 de marzo, en horas de la noche, me sacan de la celda y me llevan para una de las oficinas, que por el día era habitual que te llevaran y te interrogaran y te amenazaran y demás. Aquí estaba lleno de estrellas. Y una señora vestida de negro, que se hizo pasar por, o creo que lo era, la secretaría del Tribunal Provincial, donde me entregó la petición fiscal de treinta años de privación de libertad,” narra con fuerte exclamación en su voz Félix.
Durante su estadía en varias prisiones cubanas, fue fuertemente apoyado por su esposa Sonia y por su hija Saylí, a pesar de que el régimen intentaba convencerlo de que su esposa le era infiel, y meter así discordias en sus lazos familiares. No obstante, parecería que su enlace matrimonial que dura desde el año 1980, incluso reforzó. “Se necesita una familia para combatir, y mucho más, si es para combatir el comunismo,” narra Félix. Las familias, aparte, eran un vínculo importante para difundir información sobre lo que estaba pasando en las prisiones cubanas. „Todos nos convertimos en la voz de aquellos infelices que estaban tras las rejas.“ A la hora de evaluar su rol dentro del grupo opositor de los 75 disidentes, no siente ningún tipo de inseguridad por sus hechos: “Les dimos un golpe muy grande a la dictadura y un grupo de nosotros nos quedamos en Cuba. Y estamos en Cuba todavía. Y vamos a morir en Cuba. Pero no de rodillas, sino con la frente en alto y denunciando y combatiendo y proponiendo todo lo que queremos para el bien de Cuba y de los cubanos.”
Finalmente, en 2011 recibió su licencia extrapenal y fue liberado. Igual que a muchos más del Grupo de los 75, se presentaría la pregunta natural de por qué no se exilió después de haber salido de la prisión. “Debemos estar en Cuba para producir el cambio de todos los cubanos que están pensando de la misma manera, para acabar con la dictadura,” explica.
A la hora de tocar el tema de la oposición del día de hoy, siente una, cómo llamarlo, nostalgia, o más bien tristeza: “Realmente, yo me autocritico, porque no hemos sido… no he sido capaz de aglutinar a todas esas personas que piensan como nosotros y que lo que deciden es abandonar el país. No hemos sido capaces, yo no he sido capaz, de lograr convencer a esas personas que lo que hay que hacer es unirse dentro de Cuba y producir el cambio,” explica con amargura. “La mayor parte de cubanos se está yendo, estos son jóvenes, son muchos de ellos profesionales. Estamos perdiendo esa posibilidad, pero porque no les hemos presentado un proyecto que sea atractivo para intereses de esos jóvenes, para esas personas que están emigrando.” Pero ni en este tema se queda en lo plenamente negativo, sino que propone directamente una solución: “Por encima de todo considero que hay que seguir trabajando en este sentido. Y creo que, para lograrlo, tenemos primero que unirnos también, las diferentes vertientes de la oposición dentro de la nación cubana. Tenemos que dejar a un lado el protagonismo que algunos de nosotros, porque yo también estoy en ello, tenemos y manifestamos en nuestras acciones. Tenemos que unirnos en lo que de manera común nos identifica que es la convicción de que hay que cambiar este sistema por uno donde el pueblo sea el que diga la última palabra. Donde el totalitarismo desaparezca, ¿entiendes?”
Félix se ocupa y preocupa por los temas cubanos del hoy en día, y justo a la hora de la entrevista era un tema ardiente la propuesta de la nueva Constitución Política de Cuba, la cual pasará a un referéndum popular en febrero de 2019. Pero a pesar de que para muchos suenan prometedoras las nuevas propuestas legales, y Raúl Castro se proclama seguro de que vaya a ser aprobada,[2] Félix y otros oponentes siguen reservados en cuanto a esta solución: “Esto es una farsa. No se creó una Constitución constitucional, sino que 33 personas dirigidas por Raúl Castro elaboraron un documento y lo han difundido.”
En la entrevista, por supuesto, fueron tocados incluso varios temas históricos. Entre ellos la zafra de los 10 millones, es decir cuando el Gobierno cubano intentaba solucionar la crisis económica centrándose en sacar 10 millones de toneladas de azúcar en 1970, y toda la población fue sujeta a este plan. A Félix lo tocó en la secundaria, cuando en vez de las clases iban al campo a sembrar caña.
Más tarde, a principios de los años 90, con la caída de la URSS y entonces la desaparición de mercados tradicionales, llegó el tal llamado “período especial”, o sea, un largo período de crisis económica, que empeoró todavía con el embargo económico norteamericano en 1992. Félix recuerda lo difíciles que eran aquellos tiempos. “No había nada, ni jabón para lavar,” y cuenta como se lavaba con una especie de cactus, el cual, sin embargo, destruía los tejidos de la ropa. Félix compara aquellos tiempos con los de hoy en día, ya que en Cuba “no se generan recursos”. Describe la crisis de hoy como “superior, ya que no hay ni pan” e ilustra la situación con el ejemplo de que en las panaderías tienen que usar sustitutos de harina, porque ni de esa hay.
Resumiendo, el disidente Félix Rodríguez Navarro es un claro opositor al sistema comunista, del cual dice: “El comunismo es eso - muerte, hambre, miseria, destrucción. Acabar con la especie humana.” Para el difunto dictador cubano tampoco tiene palabras de piedad: “Fidel Castro tiene que estar en la tumba sufriendo en capilla ardiente todo el tiempo. Porque tuvo en sus manos hacer de Cuba una joya por encima de la joya que recibió. Y la traicionó.”
[1] El reportaje de Radio y Televisión Martí, con escenas de un documental sobre el tema, sobre el fusilamiento del general Arnaldo Ochoa, véase aquí: https://www.youtube.com/watch?v=WvmlviXhsiA
[2] Véase por ejemplo: https://www.cba24n.com.ar/raul-castro-opino-que-el-pueblo-aprobara-la-nueva-constitucion-de-cuba/ o https://www.lavanguardia.com/politica/20190102/453887398856/raul-castro-convencido-de-respaldo-mayoritario-a-nueva-constitucion-de-cuba.html.
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Příbeh pamětníka v rámci projektu Paměť kubánského národa – nástroj pro transformaci kubánské společnosti ke skutečné svobodě (Eva Kubátová)