Následující text není historickou studií. Jedná se o převyprávění pamětníkových životních osudů na základě jeho vzpomínek zaznamenaných v rozhovoru. Vyprávění zpracovali externí spolupracovníci Paměti národa. V některých případech jsou při zpracování medailonu využity materiály zpřístupněné Archivem bezpečnostních složek (ABS), Státními okresními archivy (SOA), Národním archivem (NA), či jinými institucemi. Užíváme je pouze jako doplněk pamětníkova svědectví. Citované strany svazků jsou uloženy v sekci Dodatečné materiály.

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Julio César Morales González (* 1970)

• nació el 23 de octubre de 1970 en la provincia de Holguín

• estudios hasta el octavo grado, hasta el quinto en una Escuela Especial

• educación autodidacta en el ámbito literario, aficionado de la poesía

• trabajó en diferentes sectores de agricultura y de seguridad privada

• 1987 sancionado a un año de privación de libertad por desacato

• 1993 por una supuesta causa de sabotaje cayó en la prisión de Holguín¨

• en Holguín el más joven de los 71 presos políticos

• fue sometido a tortura, golpizas, maltrato médico privándolo de medicinas psiquiátricas sin las cuales su mente no funciona regular, y hasta ultraje sexual

“La historia del cubano desde el 1959 hacia acá ha sido una historia para cortar bastante tela”, exclama Julio César Morales González, preso político cubano. “Donde no hay derechos elementales, donde no tienes libertad, no tienes nada. Eres como un animal encerrado, un animal al que le echan comida”, agrega.

Julio César Morales González nació el 23 de octubre de 1970 en la provincia cubana de Holguín como el mayor de tres hermanos. “Mis padres me daban acorde al nivel de vida, gracias a Dios”, narra Julio César, quien recuerda su infancia como maravillosa. “Los niños siempre lo ven en color de rosa, los niños no saben qué es libertad”, elabora. Julio César es un fervoroso crítico del régimen que lleva más de seis décadas maltratando al pueblo cubano. “Un hombre al no tener desde el 1959 hacia acá libertades que se posibiliten en su realización social, es un hombre que se siente un desgraciado. Porque un hombre no es como un puerco. A un puerco lo tiras en un corral, le das bastante comida, y el puerco es bastante feliz. Él no razona, ni tiene libre albedrío”, describe Julio César.

Autodidacta poético

Julio concluyó estudios hasta el octavo grado, de los cuales hasta el quinto de éstos cursándolos en una Escuela Especial, debido a que su coeficiente no concordaba con los estándares educativos. “Mi preparación es autodidacta, del mundo de la literatura, que me llevó hasta escribir, me considero un profundo aficionado de la poesía. Tengo una diversidad grande de poemas de amor, fruto de mi propia inspiración”, sigue narrando Julio César. Por falta de una profesión específica trabajó en diferentes sectores de agricultura y de seguridad privada, a pesar de que está dictaminado por el Consejo de Medicina Legal que no debe oficialmente ejercer este tipo de oficios.

Tenían valor para asesinar, pero no para reclamar sus derechos

En 1987, cuanto tenía apenas 17 años, fue sancionado a un año de privación de libertad por desacato. Su siguiente presidio llegó más pronto de lo deseable – cuando tenía apenas 23 años, en 1993, por una supuesta causa de sabotaje cayó en la prisión de Holguín, convirtiéndose en el más joven de los 71 presos políticos cautivos en Holguín en aquel entonces, donde sirvió una condena de seis años, seguida por otra de otros seis, haciendo haber servido más de 12 años de vida en prisiones cubanas. “Mi historia empieza en el momento cuando entro por la puerta de la prisión. Ahí hay una transfiguración de mi persona al mirar los virajes que empecé a experimentar por medio del sufrimiento que experimentaban los demás”, explica Julio César quien se convirtió en defensor de los derechos humanos de los presos, tanto políticos como comunes. “Desdichados ellos. Tenían valor para asesinarse entre ellos, pero no tenían valor de reclamar sus derechos elementales”, evalúa.

Privación de psicofármacos

“Con respecto a posiciones que en momentos determinados he tenido que afrontar por organismos de inteligencia y contrainteligencia cubanos, hacia mi persona al ver mi posición férrea de no claudicar a lo largo de casi esos doce años se utilizó un método asesino, vil y atroz en contra de mi persona”, empieza narrando su experiencia carcelera Julio César. Desde hace años ha sido dependiente de un medicamento psicofármaco que mantiene su mente cuerda. “¿Qué hace el organismo de inteligencia y contrainteligencia cubano hacia un hombre que está en la posición que está y lleva tantos años y no lo cede de ninguna forma? Un hombre que ya está afectado, porque lleva muchos años tomando su medicamento, así que simplemente vamos a apartarle este medicamento”, describe la manera de tortura por la cual optó el régimen cubano hacia él. “Con el paso de los días empezará a transfigurarse su sistema de dinamismo corporal en el aspecto cerebral, y ya él empezará a interactuar como la bestia, no como el hombre racional, que gracias a dios yo no he sido. Y después, vamos a utilizar el método de hacer un cambio de prisión, y llevarlo en medio de esta disloquez que él no entiende, que él es una bestia, llevado adonde lo van a estar esperando para ultrajarlo sexualmente. Esto es lo que hicieron conmigo”, termina describiendo Julio César.

Hay grande acercamiento

“La sociedad está en medio de una metamorfosis bastante complicada por la existencia de la decadencia del estado cubano, por falta de perspicacia, por falta del régimen, de gobernar ellos. A ciencia cierta, ellos no pueden hacer nada”, resume en breves palabras su opinión sobre la Cuba de hoy. Esta metamorfosis, según su opinión, va sucediendo más lento de lo que desearía, pero no pierde esperanzas de que el cambio llegará. “Cómo dicen los meteorólogos: Hay grande acercamiento”, sonríe al final de la entrevista Julio César Morales González.